Hola pequeños lectores. Aquí me tenéis otra vez con una historia que cuenta mucho lo que quizás en plena cuarentena, nos habría encantado que pasara a muchas personas, y yo me incluyo.
Hablamos sobre Carolina, una chica mexicana lista y guapa que reside en España y de Lucas, un chico alemán y guapo.
En plena cuarentena Carolina se hace una agenda para tener al día sus actividades para sobrellevar mejor los días. Y entre ellas, es desayunar y hacer sus ejercicios matutinos en su pequeño balcón. Sólo escucha el canto de los pájaros y algún que otro tren que pasa. Nada de gente gritando, nada de niños correteando por las calles de la ciudad.
Pero una mañana, la música de un violín le hace tambalearse al son de la melodía. Y ahí está. Un chico llamado Lucas.
De alguna manera deciden llevar la cuarentena juntos aunque les separen unos barrotes y unos metros de balcón a balcón. Al principio eran los desayunos, después las lecturas y al final todo lo hacían juntos. Hasta cocinar, por videollamada de WhatsApp.
Hasta que un día, Lucas se va. Vuelve a Alemania. Y Carolina sabe que debe olvidarse. Los primeros días Lucas le escribía pero no tenía respuesta. Hasta que ella sólo recibía cada mes un mensaje.
De pronto, le llega un mensaje que le hace dudar. Ella debía cocinar arroz y llevarlo a un sitio exacto a una hora exacta.
¿Qué creéis que ocurre? ¿Qué será lo que le espera? Si lo habéis leído, dejarme vuestros comentarios. Y si no....¿A qué esperáis?
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